Doméstica de María Laura Vázquez. |
Para
el coleccionista, la verdadera libertad de todo libro se encuentra en alguna
parte en sus estantes. Walter Benjamin
El
coleccionismo como la acción de seleccionar y reunir objetos de la misma clase
considerados valiosos, está presente en el mundo del arte y en la vida
cotidiana. Colecciona quien sintiendo atracción por determinados objetos a los
que ha dotado de valor, los adquiere según distintas motivaciones que le
producen satisfacción… ¿por sentirlos
cerca y disponibles para el deleite?, ¿para incrementar el patrimonio
económico?, ¿para obtener prestigio y status?, ¿por conseguir la pieza clave que completa la serie?, ¿las
colecciones se completan?. Estos interrogantes ayudan a explorar la riqueza que
el tema posee.
El
coleccionismo es un hábito presente en distintas edades y niveles
socioeconómicos, desde las colecciones de figuritas de la infancia, las
colecciones de fotos de los artistas predilectos durante la adolescencia, a las
colecciones de películas, libros o revistas de la vida adulta. Además de otros
coleccionismos variopintos que encontramos en casas de amigos o familiares,
tales como colecciones de llaveros, cajas de fósforos, piedras, postales.
Excepto estos últimos donde prevalece el valor sentimental, el coleccionismo se enmarca en la cultura materialista del
capitalismo occidental, en cuanto a la importancia que tiene el consumo de las
cosas a través del “libre” juego del mercado y de la moda (Appadurai, 1991).
Todos recordamos las campañas de nuestra infancia para completar los álbumes de
figuritas del personaje de la serie televisiva del momento, o las revistas de
la adolescencia, con la profusión de fotos de las estrellas de rock o de los
actores de las películas más taquilleras. Podríamos decir un coleccionismo de
consumo, efímero en el que interviene “el culto al star” (Benjamin, 1939).
También
está el coleccionismo de elite que, en virtud de un conocimiento específico,
persigue objetos de comprobada calidad y de alto valor económico, presente en
las colecciones de libros, de mapas, de obras de arte, entre otros.
El
Proyecto estético educativo Pequeñas
Colecciones adopta como eje la idea
de colección, por ser aún hoy un concepto abarcador que ilumina distintos
niveles de acción e interpretación.
Colección número uno,
Mundo Hogar, primera muestra del proyecto Pequeñas Colecciones, como su nombre lo
indica, forma parte de un cuerpo mayor, que en el tiempo, sumará otras
colecciones con otras temáticas. Es un todo que se arma con partes, donde las
distintas muestras, funcionarán como “fascículos” de la colección. A su vez, en ésta como en todas las colecciones, hay un relato que se arma con las obras de
arte, en este caso es un relato posible sobre el mundo del hogar, de lo
conocido, de lo íntimo. Sin embargo, la
idea de colección no se agota allí, también aparece en la medida que cada obra
forma parte de otra colección de la cual es representativa, podrá ser Doméstica
de María Laura Vázquez, Relicarios
de Claudia Schnaider o Retrato de
Familia de Ornela Tarzia.
Además,
en muchos casos, la obra en sí misma es
producto del coleccionismo de los artistas como práctica estética
contemporánea. Muchos artistas coleccionan materiales, imágenes u objetos cotidianos (botones, juguetes, fotos), los
retiran de sus originales contextos de uso y función, para ubicarlos y y/o modificarlos en una nueva configuración
que los transforma en objetos estéticos significantes.
La
frase de W. Benjamin “Para el
coleccionista, la verdadera libertad de todo libro se encuentra en alguna parte
en sus estantes”, nos muestra al libro como un objeto vital y libre que encuentra su “destino” en la ubicación y relación con
otros libros, con los cuales generará conexiones nuevas e imprevistas. La frase
alude además al rol del coleccionista,
como un personaje que cuidadosamente selecciona, adquiere y clasifica su
pieza vinculándola con otras, salvándola tal vez de otros destinos. ¿Semejanzas con el rol del curador?, ¿el
curador es un coleccionista?
El
curador es quien elige las obras de arte ubicándolas en relación con otras a
partir de la cuales, genera un relato visual que es la exposición. El
espectador por su parte, cuando ve la obra de arte y se apropia de ella
simbólicamente, da lugar a todo un proceso perceptivo mediante el cual construye
un relato personal. En ese proceso, la obra elegida es relacionada con otras
obras de arte e imágenes, tanto presentes en la exposición como en su recuerdo,
confluyendo en esa acción ideas, sensaciones y sentimientos. Entonces el
espectador ¿no es también un poco curador, un poco coleccionista?.
Excepto
los tradicionales álbumes de figuritas de la infancia que en algunas pocas ocasiones lográbamos completar, el resto de las
colecciones tienen algo de organismo vital que se transforma. Con cada nueva incorporación
el orden de ese todo cambia, generando otras interrelaciones y diálogos entre
sí.
Estas ideas dieron
origen al proyecto Pequeñas Colecciones,
en el mismo, las colecciones artísticas reunidas a partir de una cierta
temática, sin ser concebidas como completas ni suficientes, funcionan como un
cuerpo orgánico, que recorriendo distintos espacios de exhibición, dan lugar a
otras colecciones. Colecciones estas últimas que se conforman en el tiempo, con
las producciones que los visitantes aportan durante las actividades educativas
y artísticas que se realizan en torno a la muestra. Pequeñas
Colecciones entonces, es una invitación a ser un poco coleccionista, curador,
artista, una invitación a experimentar algunos de los roles creativos del mundo
del arte.
Ana Luz Chieffo
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